Mary Shelley
Alma Clásicos Ilustrados
252 páginas
“Me representé en la imaginación mil veces la escena en que me presentaría ante ellos, y cómo me recibirían. Me figuraba que les repelería hasta que, con mi conducta delicada y mis palabras conciliadoras, me ganase primero su tolerancia, y después su amor.” Mary Shelley, Frankenstein.
“Ningún hombre quiere tener tratos conmigo. Sin embargo, una mujer tan deforme y horrible como yo no se me negaría. Mi compañera tendrá que ser de mi misma especie, con mis mismos defectos. Has de crear ese ser.” Mary Shelley, Frankenstein.
El joven estudiante Víctor Frankenstein se obsesiona con la idea de crear vida. Y lo consigue. Sin embargo, el ser que ha creado es repulsivo, horrendo y gigantesco. Su imagen causa rechazo, no solo en Frankenstein, quien lo abandona a su suerte, sino en cualquier ser humano que se cruza en su camino. El monstruo se ve obligado a vagar solo, alejado de la civilización, hasta que encuentra un refugio anexo a una casa en el campo. Allí empieza a aprender, entre otras muchas cosas, el valor del lenguaje. Cree que la posibilidad de comunicarse le salvará de su aislamiento, pero su aspecto le hará fracasar en su deseo de relacionarse con los seres humanos haciendo crecer sus ansias de venganza hacia su creador. Emprende entonces un largo viaje para encontrarse con Frankenstein y proponerle un trato.
Escrita por una jovencísima Mary Shelley hace dos siglos, Frankenstein es una novela magistral que sigue impresionando tanto a jóvenes como a adultos. He disfrutado mucho de su relectura durante la etapa de confinamiento que estamos viviendo a causa del Covid-19. En estos días en los que ansiamos tanto abrazar a nuestros seres queridos, resulta tremendamente fácil empatizar con la necesidad de relacionarse con semejantes que siente el monstruo creado por Frankenstein. Esta historia impactante e inesperadamente conmovedora, puede ser una muy buena lectura durante el estado de alarma y por supuesto, lo seguirá siendo cuando salgamos de esta, que saldremos.